Carlos E. Lanusse, Grupo de Reflexión Política, 2-12-19

El nuevo gobierno no está en funciones pero ya está perdiendo significado político. Es por la transmutación de sus términos, mecánica cristinista por excelencia. Pues, de hecho, la vicepresidenta va resultando presidenta y el presidente va resultando portero. Todo a costa de la República, que queda sin equilibrio de poderes.

Pues, ¿quién va a creerle a Alberto cuando está claro que no manda? Peor todavía, ¿quién va a impedir la impunidad de Cristina cuando ella es la presidenta de hecho? ¿Acaso no la hemos visto acusar y amedrentar a los jueces que la juzgan? Y, en esta democracia burlada, ¿para que votamos si las instituciones son de goma, trasmutadas una y otra vez? De aquí en más, el Congreso no va a ser la escribanía del Ejecutivo, sino que éste va a ser el escribano del Congreso de alcahuetes K.

Pero, ¿quien trajo a Cristina sino el mamarracho político creado por Macri y los loritos radicales? Entonces, ¿vamos a volver a la oposición de papanatas, como en 2015? Mucho peor es la grotesca pretensión de la Señora, cree que va a pasar por encima de la sociedad liberal (de libertades civiles y políticas) y del peronismo republicano. Un proyecto bipolar y enfermizo.

El corazón de la resistencia al populismo

No es posible iniciar la resistencia al populismo cristinista si no descubrimos la razón del fracaso que trajo a Cristina. Esta no es una tarea difícil a partir de la confesión de Marcos Peña: “Los argentinos votamos por principios y no con el bolsillo”, disparate que explica el fracaso macrista. Aquella frase debió reemplazarse por otra verdadera: Los argentinos de estómago lleno votan por principios, los de estómago vacío lo hacen con el bolsillo, que sirve para explicar porqué perdió Macri. ¿A quien se le ocurre que en medio de un aumento de pobreza, desocupación e inflación, los perjudicados no van a pensar con el bolsillo? La ingenuidad macrista fue siempre incandescente.

El dique de contención

Nuestro cálculo independiente es que hoy el peronismo republicano está bajo ataque de nervios, con ganas de fumarse un porro. Ve con claridad que han sido fumados por Cristina, ella enredó a Alberto en su telaraña y este engatusó al peronismo con la banderita de la unidad.

Ganaron las elecciones gracias a los errores macristas, pero… ¿tienen el poder, o lo tiene Cristina? Y Alberto, ¿como va a juntar sus yeguas cuando surja la dispersión en el ejercicio de gobierno? ¿Gobernará sin identidad?

El peronismo ha comenzando a ser nada ni nadie, ¿por cuánto tiempo y con qué vergüenza? En realidad están bajo el mismo bochorno de los neo-bufo-liberales, que trajeron a Macri y ahora se quieren cortar las…venas. Es que la arquitecta no es del Nilo, sino del nihilo, el nihilismo sudaca que se traga todo, como la dignidad nacional y nuestra independencia de doscientos diez años…volvemos al absolutismo.

Los peronistas moderados y republicanos fueron almorzados, invitados a la fiesta como convidados de piedra, y están a punto des ser los loritos de la fórmula.(Como los radicales, a partir de Gualeguaychú). ¿Con que método? “El que reparte cargos recibe adhesiones” pues adhesiones y cargos, en la lógica K, son fortunas aseguradas. La praxis k está de vuelta, es de enormes resultados, tantos como nuestra miseria política, y no se combate sin presos por corrupción.

Definido que la resistencia no puede volver a ser macrista, tenemos que comprender los cuatro frentes de la batalla contra el populismo cristinista. Ellos son, 1) el enfrentamiento en la Justicia para evitar la impunidad de los corruptos kirchneristas, 2) el enfrentamiento por la libertad de prensa y expresión, que volverá a ser usada para formatear la transmutación de la opinión publica, 3) el enfrentamiento por la producción privada de bienes, servicios y trabajo, que va a ser reemplazada por el Estado, 4) la batalla por la ubicación de Argentina entre las naciones sudaco-populistas-sometidas. 5) el enfrentamiento por la corrección económica de los desastres acumulados por macristas y cristinistas
Son cinco Temas y ningún Caudillo, como debe ser la oposición, un escenario para independientes y partidos políticos en evolución, analíticos y críticos. Sin lugar para dogmáticos agrietantes.

Cómo, cuando y con quién

Sin duda la resistencia ya comenzó, no por opositores sino por la propia tropa de peronistas descolocados , desairados, despechados y burlados, que como en ópera bufa buscarán desdecirse de lo que lograron: el bochorno de ser usados. Algo que va a golpearlos más, a medida que se haga público el fracaso por hiperinflación, desinversión, default y transmutación de datos económicos. Es que con Cristina el peronismo encontró la horma de su zapato, lo corre por izquierda y con demagogia, repartiendo cargos y miseria.

Frente a esta situación casi caótica podremos repetir la “hazaña macrista” de colgarnos del antiperonismo bobo, o ésta vez, reconocer al 50% del electorado, integrándolo a una coalición de centro derecha, popular y de alto nivel al mismo tiempo. Pero una coalición política con una economía tan perdedora como la de Macri, no solo no traería éxito político, sino un giro a siniestra. De modo que, sin los dogmatismos de la “economía de mercado” y sin financiación por endeudamiento, deberíamos volver al crecimiento por exportaciones (no al saldo por caída de importaciones).

Es algo sencillo como bajar el Gasto que ahoga, bajar la tasa de interés que ahorca, reducir la expansión monetaria que infla, y encender la incorporación de tecnología al trabajo y al capital. Políticas de Estado, sin politización de la economía, ni concesiones al poder mesiánico.
Es decir, lo contrario de lo que pretende Cristina, cuya astucia feroz configura la desgracia misma de la Nación.