La interpretación financiera de nuestra economía

La interpretación financiera de nuestra economía

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Comprender la economía argentina no es sencillo. El Ing. Carlos E. Lanusse, quien se ha desempeñado como Subsecretario de Economía Agraria de la Nación y ha presidido el Ateneo de la República entre 2017 y 2018 —además de publicar libros tanto de política como de economía—, colabora con esta delicada tarea en su reciente artículo “La interpretación financiera de nuestra economía”. En él, pone de manifiesto el papel que cumplen los financistas en la economía de un país y presenta algunos aspectos del panorama actual argentino: inflación, tasas de interés, el dólar y el FMI. La posibilidad de reproducir este artículo en la página web del Dr. Guaresti es sinónimo de la constante colaboración entre ambos.

Por Carlos E. Lanusse, Club político Independiente, 6 de febrero de 2019

Para comprender nuestra economía podemos comparar lo que dicen un “salvador de la patria” y un “financista auténtico”. El primero sostiene: “Necesitamos una alta tasa de interés, así la gente no va al dólar y se crea estabilidad. Ésta detiene la inflación y, si mantenemos el dólar inmóvil, entonces la derrotamos…y la Argentina se salva”.

El financista auténtico, sin embargo, dice: “Necesitamos una alta tasa de interés para alcanzar altas ganancias; además, para que los intereses se puedan dolarizar es necesario que el dólar no suba. Nuestra inversión, los intereses y el capital volverán a dólares sin costos ni riesgos. Así, el alto interés en pesos se convertirá en un alto interés en dólares, mientras que en EEUU solo nos pagan el 2% anual”.

Considerando estas posturas, los independientes decimos: “Los dos argumentos difieren pero ambos quieren lo mismo: tasas altas y dólar quieto. ¿Es una coincidencia o nuestros financistas no son auténticos y solo se disfrazan de salvadores de la patria? Y es que, en realidad, con tasas altas nuestra economía no hace más que derrumbarse: nuestro PBI per cápita ha caído 8% durante el período macrista, la pobreza ha aumentado al 30%, no hay inversiones y la inflación es como en el año 2015 pero con un enorme endeudamiento que seguirá creciendo debido a intereses y créditos”.

Así las cosas, nos preguntamos si los financistas nos engañan porque son sutiles y no dicen las cosas que hacen o porque tienen un Relato preparado para la clase media desinformada. Pero no es solo eso, también resuena esta cuestión: altas tasas y dólar quieto, ¿son receta liberal o simplemente un mamarracho argentino? En los libros, las altas tasas siempre son contrarias al crecimiento y pueden mantenerse por seis meses o un año, pero nunca cuatro años seguidos. Así, el atraso cambiario termina explotando en el mercado cambiario —Milton Friedman se dio cuenta de la diferencia entre liberalismo y nuestros financistas, por eso no vino a la Argentina—.

El FMI no responde a financistas

El plan financista ideado por los macristas explotó. Y lo hizo en una corrida cambiaria gigantesca entre abril y septiembre. Al Presidente le quedaban dos caminos: dejar su cargo o entregarse al FMI, como finalmente ocurrió.

Pero, ¿qué es el FMI? ¿Un organismo financiero del mundo de los negocios o un organismo que existe para financiar naciones y evitar que caigan en un estrangulamiento financiero?Como veremos, entre el FMI y los financistas hay diferencias y se da entre ellos una sorda lucha. Mientras que el primero quiere cobrar y pide bajar la tasa de interés hasta dejarla levemente positiva, nuestros financistas quieren ganar y pugnan por mantener una tasa altísima —del 50% con una inflación del 30%—.

Ahora bien, si bajando las tasas no hay corrida… ¿por qué no bajarlas más? Por otra parte, si hay corrida, ¿para qué existen reservas por 66 mil millones, más 11 mil en marzo? ¿Solo están de adorno y pagamos intereses? Mientras tanto, la realidad social nos dice que “quien tiene hambre tiene prisa”.

El tipo de cambio está por debajo de los $40 desde hace cuatro meses con una inflación de más del 30%, por lo que nuestra moneda se aprecia a pasos agigantados. Esto no es lo que pide el FMI, que propicia ajustes ascendentes. Hoy, por lo tanto,todavía ganan los alquimistas financieros, siempre de la mano de los asesores de campaña interesados en el partido pero nunca en la Nación.

Para los centros financieros, nada mejor que una moneda fuerte que atrae fondos, como en Suiza y en Wall Street. A los países que no son centros financieros, como el nuestro, les corresponde una moneda competitiva para vender la producción y generar así dólares genuinos…Algo no deseado por los financistas porque pierden el negocio.

Las tasas de interés en el mundo

Con respecto a las tasas de interés, el mundo sigue los pasos de los países ricos, que comprendieron que la riqueza se alcanza con la incorporación de tecnología y con un bajísimo costo de capital. Tanto es así, que si sube un punto la tasa de desocupación enseguida baja la tasa de interés: el presidente de Estados Unidos puso el grito en el cielo cuando las tasas llegaron al 3% anual, y la FED no tuvo más opción que dar marcha atrás.

Acá, mientras tanto, nuestros salvadores financieros van por intereses del 20% real—50% de tasa y 30% de inflación—con seguro de cambio a cargo de la política cambiaria. Esto es lo que nos lleva a preguntarnos si nuestros financistas son así por ingenuidad, por avaricia o por estupidez…Si fuera el último caso, ¿por qué los demás también debemos ser estúpidos y volver a votarlos?

Daniel Larriqueta, economista e historiador no peronista, sostiene que “la masa asombrosa de deuda que ha acumulado el gobierno vuelve a colocar a la Argentina en situación de no poder soportar siquiera los servicios [de esos compromisos], que requieren otra vez no menos del 5% del PBI, que debería generar un aparato productivo diezmado, descapitalizado, desconectado del mercado mundial y arrinconado en un mercado interno escuálido” (Clarín, 5 de febrero de 2019).

Esta no es, por lo tanto, una cuestión partidaria: es una cuestión económica que nos afecta a todos. Si repetimos el experimento financiero, ¿por qué los resultados serán distintos?Debemos arreglar con el FMI, no con un gobierno de financistas.

La Economía de las Naciones

El intento de globalización llegó a un límite difícil de superar. Ahora el mundo entendió que no existen nada más que Naciones. Quizás haya algunos contratos y asociaciones, pero no son estables ni de largo plazo y hasta Europa se muestra rajada.Esto se ve, de manera patética, en la descoordinación de los bancos centrales, la fluctuación constante de las monedas entre sí y los vaivenes bursátiles. El actual desorden global es producto del fracaso de la globalización y demuestra que la voluntad política de las naciones no ha sido vencida, es decir, que los financistas han perdido: ya no tienen qué poner sobre la mesa y la mesa está quebrada.

Está comprobada la correspondencia entre la productividad de las naciones y el valor de sus monedas, por lo que toda economía que tenga baja productividad y moneda fuerte, fracasará. No queda patrón oro ni patrón dólar y las monedas se sustentan en sus economías. Por eso los argentinos no debemos hacer del dólar nuestra moneda sino hacer competitiva nuestra economía. Y esto no se logra a pedal financiero, sino a través de la economía real: la de Producción, Tecnología y Trabajo.

Hoy necesitamos al sector financiero y no su visión interesada sobre la economía, pero para no depender de él se requiere equilibrio fiscal, algo que no entienden ni nuestros políticos ni sus asesores marketineros, que adhieren al Gasto para comprar votos. ¿El resultado? Un fracaso económico inmediato porque un gran Gasto acuesta la Economía y eleva el costo del capital.

Dadas las circunstancias, y sin partidismos baratos ni financismo caro,una nueva síntesis pugna por ser parida: una síntesis equilibrada que nacerá pronto, ya sea en esta selecciones o después de ellas.

Carlos E. Lanusse (1944) es Ingeniero Agrónomo de la U.B.A. Fue jefe de Trabajos Prácticos  de Lógica aplicada en la cátedra de Metodología de la Investigación. Actuó como profesional y empresario por cuarenta. Entre 1977 y 78 se desempeño como Subsecretario de Economía Agraria de la Nación. Fue presidente del Ateneo de la República entre 2017/18, Publico tres libros sobre política y economía y escribe artículos semanales en esos temas desde hace nueve años consecutivos. Su sitio web es:  www.sociedadabierta.com.ar

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