Argentina, un país que necesita ser gobernado por funcionarios idóneos

Argentina, un país que necesita ser gobernado por funcionarios idóneos

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La timorata política del gobierno actual  continúa, 78 años más tarde del fascismo inaugurado por el golpe militar del 4 de Junio de 1943 que llevó a la Argentina a no dejar en claro su compromiso con la libertad y elegir el bando perdedor como dijera Winston Spencer Churchill refiriéndose “ a nuestra amiga la Argentina” en la Cámara de los Comunes de su país en Agosto de 1944. Algunos hechos llevaron  a que la Unión Soviética intentó colocarla entre los vencidos de la II Guerra Mundial y le negara incorporarse a las Naciones Unidas en la Conferencia de Chapultepec donde no fue invitada.  Se salvó por la intervención de los Estados Unidos e Inglaterra  y las 21 Repúblicas Latinoamericanas.  Para los dos países mencionados no fue gratis, porque para obtener que Stalin desistiera de su oposición, tuvieron que darle dos votos adicionales en las Naciones Unidas y hacer como si Bielorrusia y Ucrania fueran países independientes. Miguel Angel Cárcano, gran diplomático argentino, tuvo señalada participación en esa victoria. A partir de allí, en lugar unirnos a los países vencedores, no se participó en la intensa labor de reconstruir a Europa y a Asia de la destrucción bélica utilizando las inmensas riquezas y créditos acumulados durante la guerra, la enérgica industrialización comenzada en 1932 y el hecho no menor que en 1940 se habían adquirido muy baratos 16 barcos italianos, cuatro daneses, tres alemanes, y tres franceses que estaban detenidos en puertos argentinos y que le había permitieron durante la guerra  tener no solo muchos artículos para exportar sino también transportarlos a ultramar  protegidos con una bandera neutral.- Era tal el poderío de la marina mercante argentina durante la guerra que en 1942  llegó a tener  42 barcos de ultramar . Posteriormente el gobierno surgido de las elecciones de 1946 acuñó una frase que quería significar una política exterior independiente  y que lo único que sirvió era para alejarnos-igual que ahora- de nuestros socios naturales: “ni yanquis ni marxistas, peronistas”. Más tarde fueron los “tercer mundistas” y hoy estamos con los símbolos de las peores expresiones políticas de la América  Latina . Pese a todo el oro y crédito que tenía la Argentina terminada la guerra   y las inversiones nacionales y extranjeras existentes más una geografía que tenía todos los climas y recursos naturales de excepción, se eligió una política exterior timorata, que no tenía nada  que ver con la pasada grandeza en donde no solo se construían escuelas para todos sea cual fuere su posición social o económica  sino que instruirse era obligatorio, dando con la ley 1420 una lección para toda América. En la posguerra, en lugar de abrir su economía a la inversión extranjera  y llamar a los grandes países que en ese momento nos necesitaban para reconstruir sus desvencijadas economías, la Argentina se alejó de todos ellos.

El lugar para la Argentina era sentarse de igual a igual con los grandes países como un par asociándose con ellos al esfuerzo imprescindible a realizar para que se cumpliera lo que había dicho el notable economista australiano Colin Clark; o sea que la Argentina iba  a tener el quinto producto bruto del mundo. En cambio, elegimos tímidamente instalar una dictadura filo nazi fascista, alejándonos de la lucha por la libertad del hombre en que habían estado empeñados los vencedores. Para ello suprimimos los derechos que habían hecho grande a la Patria, como el de transitar y salir del suelo argentino, exportar libremente y alentar la producción nacional con o sin socios de otras naciones,  tener una moneda sana que permitiera ahorrar  y que fuera símbolo de la soberanía nacional y cómo expresar las ideas que se tuviera sin cortapisa alguna, etc.. Para demostrar lo que fueron aquellos gobernantes en materia de libertades, uno de sus primeros actos fue solicitar en Agosto de 1946 el juicio “político” a la Corte Suprema, lo que vulnera  la división de los poderes e impedía el contralor de los otros poderes del gobierno. Pusimos “político” entre comillas porque la Constitución no dice “político”. Dice en el artículo 59 “juicio público” y no “político”.  En nuestro país NO hay “juicio político”. El juicio debe ser jurídico…lo que no es lo mismo.  El poder Legislativo hizo lo suyo impidiendo que se incorporarán al Senado,  dos adversarios políticos Ahora nuestro gobierno está  en lo mismo: Ha ratificado la política de inspirar lástima y tratar que le postergue el pago de deudas que todos sabemos que con la política que se sigue son impagables…pero  que si se tuviera la garra y el valor necesario se cancelarían con honor construyéndose obras públicas imprescindibles, sin ponerse de rodillas como hacemos desde que se acabó el botín que existía el 4 de Junio de 1943. Bastaría con dejar de molestar a la agroindustria con toda clase de trabas, arreglar los caminos que permitan salir fácilmente  de los establecimientos rurales, participar con nuestras empresas de la competencia en los mercados mundiales, alentar la inversión nacional y extranjera y hacer del cumplimiento estricto de la palabra empeñada nuestro estilo y forma de gobierno.

Los”cepos” cambiarios y cárnicos son una demostración de la derrota de nuestro gobierno por su falta de agallas. Si no hay divisas, se debería exportar más y no perder mercados por reiterados incumplimientos. Si no hay carne vacuna -lo que no es cierto-debería estimularse su producción quitándole impuestos en un país que es riquísimo y  que produce la mejor carne y más barata  del mundo. Esos impuestos  no se traducen en hospitales, escuelas o caminos sino que se los recauda  para mantener a personas que  pueblan oficinas públicas a quiénes se los humilla dándole puestos en donde no aprenderán nada  y antes al contrario, verán atrofiadas sus condiciones intelectuales por falta de ejercicio.

Hoy en día, la preocupación primera de los hombres y mujeres que tienen vocación de estadistas  y que quieren que la Argentina vuelva a ser lo que indisputablemente fue, es crear empleos dignos, que levanten la autoestima de quienes los desempeñan  porque desarrollan en esas tareas  sus mejores condiciones. La Argentina debe buscar socios como otrora lo hizo  mediante concesiones establecidas en la Constitución  y debe perder el miedo que se nos ha inspirado durante décadas a la participación extranjera,.Debe tener confianza en sí misma y en la rectitud de sus funcionarios.

Obviamente debe haber una justicia  integrada por el pueblo mediante el juicio por jurados, única que garantice la imparcialidad de sus decisiones y el cumplimiento del Código Penal de manera que los funcionarios que falten a su deber, terminen presos, sin condenas que les permitan cumplir la pena en sus casas.  Debe  elegirse también por el pueblo los diputados mediante el sistema de circunscripciones que permite conocer y responsabilizar a sus elegidos. El sistema actual de las listas sábanas permite incorporar diputados no elegidos realmente  por el pueblo, muchos de los cuales tienen escasa preparación y nos abochornan. La Argentina tiene arreglo, pese a la sobrecogedora crisis que actualmente conmueve nuestras vidas y un venturoso porvenir, pero  perderá todo si sigue en manos de quiénes fracasaron siempre.

Por Juan José Guaresti (nieto)

Crédito fotográfico: Wikipedia

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