La aventura comercial más grande de la historia
Economía, Notas 26/10/2021, 0 Comment 14LA MÁS GRANDE AVENTURA COMERCIAL DE LA HISTORIA SERVIRÁ COMO EJEMPLO PARA ESTABLECER SABIAMENTE LOS IMPUESTOS Y LOS GASTOS PÚBLICOS ARGENTINOS Y AYUDAR A TERMINAR CON LA INFLACIÓN Y LA DESOCUPACIÓN QUE NOS AGOBIAN.
En los Estados Unidos a comienzos del siglo pasado se disputaban el mercado automotriz pequeñas empresas que producían algunos miles de autos. Un modesto mecánico llamado Henry Ford concibió una idea genial: construyó un auto robusto pero no lujoso que denominó Ford T. En lugar de fijar el precio de su vehículo sobre la base de sus costos y alguna utilidad, lo vendía más barato que lo que le costaba a él producirlo. Este mecánico ya había tenido dos quiebras y todos vaticinaron que la tercera era inminente. Los que así pensaron no reflexionaron que la ley de la oferta y la demanda dice que si el precio se reduce, la demanda aumenta. Debido a este precio artificialmente disminuido el mecánico vendió 18 millones de Ford T y se transformó en uno de los seres más ricos de los Estados Unidos…y uno de los que más le convenía al Fisco norteamericano. Ford sabía intuitivamente algo que se enseña en la Facultad a muchachos y chicas de 18/20 años que es la ley de costos decrecientes que dice que cuanto más se produzca de algo, como principio, se tenderá a reducir el costo de cada unidad. ¿Qué pasaría si los funcionarios de la AFIP y nuestros parlamentarios que se limitan a aumentar los impuestos para hacer frente a los gastos sin analizar nada más, descubrieran lo que no ignoran estudiantes universitarios que si el Estado bajará los precios de venta al consumidor bajando el I.V.A u otros impuestos, por ejemplo, la demanda podría sería mayor. También es posible que en la cuenta final el Fisco recaudará más por mayores ventas debido a que los consumidores acrecentarían sus compras atraídos por la quita. Es posible que se descubriera que en muchos casos los impuestos confiscatorios que pagamos tampoco le convienen al Fisco. Si sacrificara éste todo o parte de algún impuesto y consecuentemente permitiera ventas a precios más reducidos, el empresario vendería más y alcanzado por la ley de costos decrecientes como le ocurrió a Henry Ford, aumentaría sus utilidades. En ese caso contrataría más personal. Los consumidores serían beneficiados y el Fisco en el total cobraría más que antes.
Otro norteamericano, Steve Jobs, -casi un siglo más tarde, repitió la audacia de Henry Ford con una computadora de alta calidad que vendía debajo de su costo y se enriqueció por la inmensa cantidad enajenada y la ley económica que mencionamos y ayudó a la economía de su país.
¿QUE HACEMOS CON LAS EMPRESAS CERRADAS O POR DESAPARECER? Deberían ser estudiadas una por una y ver qué es lo que les pasó. Lo más probable es que se les hubieran caído las ventas. Si es así, los funcionarios que se encarguen del tema deben asirse del título de este trabajo y, por ejemplo, no cobrarles impuestos en todo o en parte, con tal que abran sus puertas, bajen los precios y recobren a sus empleados. Cuando hablamos de no cobrar impuestos, es solamente una mera sugerencia que puede ser sustituida por otros estímulos. El Estado debe ayudarlos, …entre otras razones porque si vuelven al mercado van a generar utilidades… tributarán y crearán empleos. A título de ejemplo, es inadmisible que restaurantes de fama internacional, hayan tenido que cerrar. Funcionarios de nivel deberían ayudar a sus empresarios a terminar con este desastre como el de otros establecimientos gastronómicos o de la índole que fueran. . El lector sabe que puede convenir más vender 10.000 zapatos que 1000. Esta frase tiene un obvio corolario “ Al Fisco le convendría ayudar a empresas cerradas o por estarlo a que retornen al mercado, para mejorar sus propios ingresos…y crear empleos “. Para recaudar más, es necesario que las empresas pequeñas y medianas crezcan y cada día produzcan más y mejor para tener más utilidades y desde luego ocupen más empleados. Si el empresario cree que en el futuro se van a acrecentar sus ingresos, va a aumentar su personal y todos nos beneficiaremos. En materia económica estamos instalados en buena medida en el tiempo por venir. Las decisiones de hoy, no descansan solamente en lo que nos está pasando ahora, sino también en lo que creemos que ocurrirá.
DIGAMOS LA VERDAD AUNQUE INCOMODE: El Estado debería decirnos cuando compramos un kilo de pan o un litro de nafta o cualquier otra cosa, cuánto del precio que pagamos son impuestos nacionales, provinciales o municipales y con cuánto realmente se queda el que lo vende o lo produce. También se debería decirnos qué porcentaje de aporte a esta inflación que nos está matando, generan los sueldos que se pagan a empleados públicos que ingresaron sin someterse a concurso alguno y cuya idoneidad es por lo menos discutible.- Si la Constitución dispone en su artículo 16 que todos los habitantes son admisibles en los empleos sin otra condición que la idoneidad ¿porque no se examina esta última antes de incorporarlos a la función pública? Ahora tenemos un nuevo alto funcionario que quiere fijar precios máximos a muchos artículos de primera necesidad y está en plena contienda con los empresarios . Sería bueno que en cada caso discriminara cuanto de los precios que propone son impuestos, cuantos los gastos y cuánto se llevan de utilidades quienes venden o producen los bienes en cuestión. Y deje de echarle la culpa a los empresarios por precios que son elevados debidos a impuestos impagables. El lector sabe perfectamente que la parte del león se la lleva el Estado….para pagar gastos que no soportan un análisis a fondo sobre su conveniencia. Si el Estado cobrara menos impuestos o brindará mejores servicios o ambas cosas. la inflación se iría reduciendo gradualmente y con ella la pobreza que es su consecuencia. La baja de gabelas injustificables hará reaparecer muchas empresas que han debido despedir todo o parte del personal porque los impuestos que deben pagar son prohibitivos para el consumidor y para la empresa productora o comercializadora. Deberíamos copiar, cuando pudiéramos, a Henry Ford o a Steve Jobs y bajar los precios reduciendo los impuestos lo que nos permitiría vender más, y en la cuenta final mejorar la recaudación. Al Fisco le podría convenir rebajar los impuestos o algunos de ellos, estimular la demanda mediante ese acicate y, debido al aumento de las ventas, llevarse una mayor cantidad de dinero sin perjudicar a nadie. Se podía trasladar al galpón de los objetos inútiles la máquina de fabricar billetes o sea moneda falsificada.
PARA REDUCIR LA INFLACIÓN HAY QUE PRODUCIR Y VENDER MAS…ADEMAS DE NO TIRAR EL DINERO.
Nuestros funcionarios se equivocan cuando creen que para recaudar más hay que aumentar los impuestos. NO ES CIERTO. Cuando era profesor enseñaba que si se quiere aumentar la recaudación es preciso estimular la aparición de nuevas empresas, el restablecimiento de las que estaban, el casi religioso cuidado de la imposición de manera que por caída de ventas o desaliento a la inversión no se fundieran las empresas, y el Fisco terminara cobrando, en el total, menos que antes. Cuando más caro sea un producto menos se vende… El Fisco inteligente, para recaudar más, debe estimular la producción. Y si es preciso, para que las ventas no se reduzcan, bajar los impuestos. Lo que se está haciendo con la exportación no puede ser perdonado. La acción de ponerle un “cepo” a la exportación de carne para bajar el precio de venta es infantil. Es dañar nuestra imagen en los mercados mundiales y retraer la oferta local de la carne…con lo cual subirá su precio…y solamente será adquirido por quienes tienen dinero.
Debido a la extensión de este trabajo el tema de la batalla contra la inflación lo continuaremos en un próximo artículo.
Por Juan José Guaresti (nieto)
Crédito fotográfico: Wikipedia
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