El mundo no acepta ni un disparo más en Ucrania

El mundo no acepta ni un disparo más en Ucrania

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Luego  de muchos días de batallas,  en los cuales hay gran cantidad de muertes en Rusia y Ucrania y centenas de familias que huyen de este país; el desarrollo de los acontecimientos demuestra que la invasión rusa tiene el propósito de quedarse con el territorio  de esa nación y lisa y llanamente someter a sus habitantes  a la voluntad de gobernantes que no tienen  idea  de lo que son los derechos  humanos consagrados  en las normas establecidas  en la  legislación de las Naciones Unidas. 

Desde la creación de esta institución -en San Francisco-  en 1945 se asistió, debido  a su influencia, a  la unificación del derecho de una manera tal  que  existió un marco inviolable para  guarecer la libertad del hombre, su salud, su vida, la   posibilidad   de ejercer un gobierno propio  y participar de él sin otra exigencia que su idoneidad, su honestidad y  el respeto por sus gobernados. En materia política se consagró el derecho de las  naciones a su independencia política de todas las  demás, lo que implicaba para todas ellas su integridad territorial y no ser víctima de  la ambición o del odio  o  de la codicia de ningún otro país que ansiara adueñarse de todo o parte de lo que hubiera dentro de sus fronteras. Ningún país podía erigirse  en amo  de los habitantes de otro o instalar un gobierno que no fuera libremente elegido por aquellos. 

No cabe duda de que a partir de la Conferencia de San Francisco y la Carta de las Naciones Unidas,  el mundo  tuvo una formidable  referencia  que mostraba al género humano, que desde ese momento había normas de conducta  de validez universal y que dentro de los errores  y aciertos que tenemos todos  y las diferentes características  de cada  país, había  un organismo  formado por  todas o casi todas las naciones que podía juzgar, esclarecer, condenar y corregir a cualquiera de ellas cuyos procederes no se ajustaran a las consideradas obligatorias por las norma aceptadas por sus miembros.  Las Naciones Unidas no  aconsejan solamente; pueden tomar medidas contra las infracciones a sus normas.

Cuando nadie podía suponerlo-y menos de un miembro del Consejo  de Seguridad de las Naciones Unidas que tiene una  posición cimera en los organismos  internacionales,  Rusia se apoderó por la fuerza  en 2014  de la península de Crimea y del puerto de Sebastopol, importante pieza del comercio  intencional de Ucrania. Si bien muchas  naciones importantes repudiaron ese hecho,  nadie intervino militarmente ante este  atropello. Este año, Rusia, cuyo amo, Vladimiro Putin,  quien evidentemente  había preparado cuidadosamente la expedición, invadió Ucrania, cosa  que no podía hacer porque   la legislación de las Naciones  Unidas lo prohibía en forma drástica.  Está  claro que nadie  serio puede suponer que esta operación militar tiene otro objetivo que ocupar por la fuerza a Ucrania, país que se había declarado independiente en  1991. Ucrania es el segundo país en tamaño en Europa y posee importantes riquezas naturales al par que mucha significación  en  la   Historia de Europa Central. Habla un idioma propio y étnicamente hablando; no son rusos.    

El agresor no tuvo en cuenta que  los  ucranianos tienen  una larga tradición bélica. Por ejemplo, en la  segunda guerra mundial, se batieron  admirablemente contra los nazis. La  expedición  liderada por el señor Putin, se encontró inesperadamente   con un temible adversario por una parte y por la otra que la opinión pública mundial  ha repudiado, muy mayoritariamente, la brutal invasión. Con el correr de los días  están  llegan al  bando ucraniano armamento de muy buena calidad que  aumentan las pérdidas de soldados y armamento de los rusos. Por lo demás el presidente ucraniano ha dado un notable ejemplo de valentía y entereza y eso ha fortalecido moralmente  a su tropa.

Días pasados la Asamblea Extraordinaria de las Naciones Unidas ha  condenado esta  acción bestial,  diciendo lo  mismo que dice al pueblo de todas las latitudes.  Sería muy interesante saber  que piensan los habitantes de Rusia acerca de lo que se está haciendo en nombre de ellos.

Llegados a  este punto parecería que amén de declaraciones, las Naciones Unidas conscientes del peligro que está corriendo el mundo, incluyendo una tercera guerra mundial  y la destrucción  de la vida en la Tierra, debería hacer algo muy concreto y valiente:  sus principales dirigentes deberían acudir a Ucrania lo  más rápidamente posible, instalarse allí y  a quien quiera oírlo o a quién no lo quiera , repetir desde el teatro de los acontecimientos,  lo que se dice en todas partes: “no aceptamos ni un disparo más” . Obviamente   esta frase demuestra que las Naciones Unidas o sea buena parte  del  mundo civilizado  no quieren ninguna acción bélica de ninguna especie y que los invasores deben retirarse cuanto antes: Este no es un problema de la  Nato y ni siquiera  de Ucrania aunque lo esté padeciendo unilateralmente, sino  de todo el  género humano. Rusia, por obra de quién la dirige, ha sido colocada  en un lugar que no merece y que seguramente detesta: Enemiga de la Humanidad.

No hay duda que esta presencia en  el centro  del peligro, entrañaba un gran riesgo pero los dirigentes  de las Naciones Unidas que deberían acudir a  aquel, saben por su envergadura personal, perfectamente cuál  es su deber. Dar órdenes desde un escritorio es fácil pero sirve de poco.  En cambio su aparición presencialmente en  busca de la paz en ese escenario, sería terriblemente significativa. Los dirigentes de las Naciones Unidas defendían el derecho ejemplarmente y los generales rusos comprenderían que los han  embarcado en una mala  causa.     

 Sin perjuicio de lo expuesto sería muy importante que se formara un cuerpo armado con la bandera de las  Naciones Unidas para interponerse en las situaciones en que la lucha armada sería inminente y hacerla imposible.

El autor no puede terminar sin recordar a las madres que han perdido a sus hijos, a todos quienes han sido perjudicados por esta contienda irracional y esperar que empiece la hora en que haya, por quienes puedan hacerlas, acciones concretas en busca  de la paz. ¡No aceptamos un solo disparo más! 

Por Juan José Guaresti (nieto)  
Crédito fotográfico: Fast Check  

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