La falsificación de la realidad argentina y nuestra desubicación internacional  

La falsificación de la realidad argentina y nuestra desubicación internacional  

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El gobierno nos hace vivir fuera de la realidad dibujando situaciones realmente falsas   que nos conducen al desastre. Nuestra desubicación internacional nos ha asimilado  a naciones de malas  conductas y alejarnos de las correctas.

La Argentina,  desde el 4 de Junio  de 1943, está situada internacionalmente, salvo destacables intervalos,  en  el bando  “perdedor” lo que ha degradado nuestra forma de gobernarnos  o detenido su  necesaria evolución,  por de pronto  la imprescindible participación del pueblo en los litigios por  jurados que los resuelvan,  modificación que acrecentaría la imparcialidad judicial,  y elegir diputados cuyos méritos y cualidades se conozcan  y no que se escondan detrás de las listas “sabanas”.   

Las victorias aliadas en El  Alamein en África  a fines  de 1942  y algo más tarde en  Stalingrado en Rusia demostraron que durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis podían ser vencidos. Después de la batalla  naval de Midway  los norteamericanos habían demostrado también que podían derrotar a los japoneses en el Pacifico.  Lamentablemente contradiciendo lo que acontecía en el escenario bélico, algunos grupos militares argentinos de tendencia nazi fascista, se  apoderaron el 4 de Junio  de 1943 del Gobierno de origen radical- conservador que había ganado las elecciones de 1932  con la fórmula Agustín P. Justo y Julio A. Roca (hijo) quienes habían  vencido a Lisandro de la Torre y  Nicolás Repetto. Fueron sucedidos por  Roberto Ortiz  y Rafael S. Castillo quien  fue depuesto el 4 de junio de 1943.-

En esos once años (1932-1943) la inflación alcanzó al  1% en todo el período y un notable poderío económico porque se  enfrentaron   las consecuencias  de la crisis económica mundial iniciada el 24 de octubre de 1929, tomando  decisiones enérgicas y novedosas, antes que otros  importantes  países. Se comenzaron en  1932  obras públicas, en especial carreteras, para crear empleos, y se estimuló la industrialización del país.  Dado que los precios agrícolas estaban por el suelo, fijaron precios mínimos  a la producción de granos, cosa  de hacerla posible y evitar el  hambre de la población. En la ganadería  el tratado Roca Runciman permitió  el imprescindible ingreso de divisas.

La vinculación del gobierno militar con las ideas nazi fascistas a partir del 4 de Junio de 1943  obligó  a Winston Churchill a decir en  la Cámara de los Comunes el  2  de Agosto  de1944 “Nosotros sentimos gran pena y también ansiedad como amigos de la Argentina en este tiempo de prueba para las naciones porque no se ha comprometido a declarar  sincera, claramente y sin reservas que esta del lado de la libertad y ha elegido enredarse  con el mal y no solo con el mal SINO CON EL LADO PERDEDOR.

El desenlace de la desubicación internacional argentina, lo dio Stalin  cuando pidió que se la castigara por su actitud durante la guerra.  Con  la ayuda de  los Estados  Unidos, del Reino Unido, de todas las naciones latinoamericanas y  la concesión de dos votos adicionales a la Unión Soviética, se consiguió  ingresar a las Naciones Unidas. Si no, nos quedábamos  afuera.

El gobierno surgido de los comicios posteriores, instaló un gobierno despótico según el modelo fascista que arruinó nuestra economía y, nuevamente, colocó a nuestra patria  que había tenido en 1939  el lugar 7mo en el mundo, en el “bando perdedor “en el que, muchos años  más tarde, nos  encontramos: Esto lo debemos a nuestra vinculación  con  Cuba, Nicaragua y Venezuela (y algún otro) , países en donde los derechos humanos directamente no existen  y de  allí  su falta de éxito económico. -Esto último  es el resultado de la falta de respeto por la dignidad de los seres humanos. En nuestro  caso no imitamos  a las naciones donde la palabra se  cumple, que  es  la base de la confianza que inspiran y que es  esencial en materia económica. Hemos olvidado  aquello que nuestras madres nos enseñaban: “Dime con quién andas y te diré quien eres”. Las malas  compañías  internacionales, derivan en  malas decisiones internas  y estas se reflejan en nuestra posición de país de alto riesgo al  extremo que Ucrania, que  está en guerra, ostenta  mejor  ubicación  que la Argentina  en el  ”riesgo país”.     

Para salir  del “bando perdedor” la Argentina requiere una administración pública eficiente para lo  cual  es imprescindible que sus funcionarios merecen los puestos que ocupan. Se les debería exigir, ahora mismo, que cumplan  horario por lo  menos y solamente designar a quien  tiene- comprobadamente- la  idoneidad adecuada de acuerdo con el artículo 16 de  la  Constitución  Nacional. En los cargos técnicos -abogado, médico, contador, ingeniero, administrador, jerárquicos, etc. designados en los últimos  15 años, es inaceptable que no hayan tenido un examen previo para ganar su cargo. Sería  importante que lo tengan ahora, previo curso de adecuación a las necesidades  presentes, como tardía condición incumplida en su momento.

La política de exportación y de importación  del gobierno, es directamente suicida.  La Argentina podría  exportar incomparablemente mayor cantidad  de lo  que actualmente vende e incorporar muchos otros bienes  a los que actualmente salen, pero no puede hacerlo debido a que el gobierno falsea despóticamente  el precio de la moneda con la cual  paga a los productores quitándoles una porción, con  la  cual paga  gastos injustificables. Los argentinos tienen la capacidad, la audacia y el aguante  necesarios  para triunfar en el mundo internacional pero sus extraordinarias aptitudes no pueden utilizarlas porque su gobierno les paga por cada dólar que exporta, una cifra ridículamente baja.  En lugar de estimular la creación de bienes y de servicios y la llegada de dólares al país, disimulan  el nombre del impuesto que aplican  que  es realmente  un  “impuesto a la producción” llamándolo “retención” y se  exporta mucho menos con la consiguiente reducción  en los dólares que ingresan.  Casi ningún país en el mundo graba su producción- y los que lo hacen tienen  tasas pequeñas- porque ese gravamen  es lo mismo que dispararse un tiro en  el pie. Nuestras autoridades pareciera que no saben que los impuestos funcionan igual que los precios y que su alza, puede terminar con la demanda. Si el gobierno quiere recaudar más, debería reducir el impuesto a la  producción  a  un mínimo y  tendría mayores ingresos  por la expansión de la economía que originaría. El incremento de la exportación se comporta como la inversión, genera más actividad económica, estimula  la creación de empleos…y los  ingresos fiscales.  

 No tenemos el combustible requerido por no haber construido el oleoducto necesario para transportar los  hidrocarburos  desde el yacimiento de Vaca Muerta. El daño que se ha causado es  inmenso.  Para atenuarlo se debería convocar a  un selecto grupo de especialistas en distintas cuestiones, quienes  seguramente puedan, con el apoyo de su imaginación y conocimientos crear alguna  forma  de  bajar el consumo del combustible o  encontrar  alguna manera  de transportarlo a donde puedan industrializar o sustituirlo.

La política de importación del gobierno está destruyendo  al país porque no hay producto que no requiera algo importado que no puede sustituirse fácilmente. El ”cepo” cambiario  es una barrera opuesta a la creación de bienes y de empleos, alienta  la inflación y a la pobreza, y disminuye  la recaudación legítima  de impuestos. La reducción artificial  de la importación impide también la exportación con lo cual se aumentan los costos de los artículos que siempre requieren alcanzar un determinado número de unidades para ser económicamente retributivos. Para recaudar más impuestos, hay que expandir la economía y rebajar aquellos.

Lector: Debemos ayudar a las empresas a producir más y mejor y transformar al Estado en un factor de desarrollo económico  y de apoyo a todos quienes desde la agroindustria, la industria nacional, el comercio, el trabajo, la  ciencia, las profesiones  y cualquier otra tarea, quieran vivir una vida digna. Podemos volver a ser  una nación respetada en el mundo en la medida en que dentro de la ley  y el orden, consigamos dirigentes  de valía del partido que fuera, que sepan lo que hay que hacer.

Como dicen los vascos en su difícil idioma: “Ezina Ekinez  Egina”. (Lo  imposible, poniéndose a hacerlo, está hecho”  

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